No hay nada que me haga más feliz en esta vida que ayudar a otros y los animales. Nada me llena tanto como dar y recibir amor en cualquiera de sus formas. Conectar con otro ser es el más alto de los dones. Por eso adoro mi trabajo y por eso Septiembre fue especial. Llevarme a mis chicos -las personas a las que cuido- de vacaciones y tener contacto directo con ciervos, ovejas, cabritas... fue un sueño. Me veo en las fotos y me impresiona verme tan feliz, me alegra y me enorgullece. Cuando la vida te dice tan claramente dónde encontrar la felicidad, hay que ser muy necio para no perseguirla. Sirvan mis palabras como recordatorio para el futuro, por si algún día me pierdo en el camino.
Naia es como yo en muchos aspectos pero sobre todo en su capacidad para mirar a través del otro. Su empatía es tan sobresaliente como lo es su extraordinaria y generosa forma de amar y cuidar a los otros, siempre adelantándose a sus necesidades. También su amor a los animales, su talento innato para entenderlos y las infinitas ganas de estar siempre rodeada de ellos.
Ojalá nunca perdamos esta capacidad de hallar la alegría en lo que somos gracias a los demás.