sábado, 10 de noviembre de 2012

De nuevo mis niños

 



















 
 
 
No he cumplido mi propósito para los 7 y 10 de cada mes. Desde la última vez que escribí parece como si el tiempo hubiese encogido. Y las ganas. No de hablar de ellos sino de hacer cualquier otra cosa que no sea estar con ellos o conmigo misma cuando menguan las energías. Pero no podía faltar más a mi cita. Sobre todo porque mi propósito cuando comencé a escribir fue que los que estaban lejos nos tuviesen más cerca, pero sobre todo para que ellos un día lo pudiesen leer y supiesen cómo fue su infancia, qué palabras decían, la música que les gustaba, sus sueños, sus travesuras... por si a mí me fallaba la memoria o no estuviese ya con ellos.
Pasan muchas cosas a lo largo del día, de los meses, demasiadas como para dejarlas escapar.
Gael me preguntó por mi madre. Yo le dije que no estaba y él me dijo que quería ir a su casita a dormir. Le dije que estaba muerta y comencé a llorar. Hacía mucho que no lloraba. Entonces él me dijo "Bueno mamá, no te preocupes porque yo voy a ir a buscarla, y voy a matar a tooooooodos los malos, a toooooos los monstruos que le han hecho daño a tu mamá y ya no va a a estar más morida. Y voy a hacer una fiesta y voy a llamar a tooooooodos los amigos y al abuelo y a la abuela y a todos los primos y los tíos y a toooooodos los vecinos y a los perritos y ya vas a estar más contenta, ¿vale mamá?" Y se llevó la pena.
Naia va a la escuela del abuelo. Una vez que aterriza en casa del "Alelo", antes "Lolo", desayuna prolongadamente para prepararse para su ruta donde pasa por el parque, los conejitos y el águila Iris, los Aspitos, otro parque, los gatos chinos del chino, el paraguas de chocolate de Mickey Mouse, otra vez los conejitos. Luego llega a casa, pincha el palo del paraguas en una maceta donde ya se acumulan más de treinta palitos y a seguir con la enseñanza, las fotos, la música, la pintura y Mira que eres linda adornando la mañana mientras observa todo desde su mano, el cocodrilo que siempre la acompaña desde que se lo regalase la tía Sagrario.
Gael es ahora futbolista y cada semana le llevamos a entrenar al Club de Fútbol de Yuncos, donde mañana mismo debutará en la categoría de Chupetines. Aquello es todo un espectáculo y aunque le dejamos hacer, creo que este deporte no es lo suyo. Él baila en mitad del campo ajeno a la pelota que pasa por delante de sus pies. A veces la coge y corre hasta la portería contraria donde se para y espera a que otro se la quite para no tener que dar el siguiente paso. Balones fuera y a otra cosa, mariposa. Pero él dice que disfruta, así que ahí estaremos cada día hasta que le guste más otra cosa.
Naia canta. Cada día dice más palabras. Lo que es marrón, Nana, lo que es negro, Ilde. Da lo mismo que sea perro, caballo o mesa. Ella lo tiene claro. Su ídolo, después de su "codrilo" es "Titi" Mouse. Te pregunta si en el pañal tiene "Pi" o "Tata, jjjjjj". Cuando tiene sueño es "Teta y amir abiba". Le encanta la sopa "popa", la leche "lele", el chocolate "totate" y le encanta estar bonita con su kiki "titi", que de ninguna manera deja que le toques una vez hecho, y que va mostrando con gran orgullo para que le digas lo guapa que está. Imita a los animales y cuando en su lista onomatopéyica llega alguno que no recuerda, te dice un simple No, y a por el siguiente. Sus favoritos el gato, el caballo, el perro y el gallo.
Este mes pasaré muchos días fuera de casa. Mañana a Varsovia y, a la vuelta, a Santander, y será muy duro porque necesito llenar cada día de ellos. Porque les adoro, porque son lo más bonito de mi vida y cada segundo sin ellos es tiempo vacío.
Hoy me empacharé de mis niños para que me dure su calor hasta la vuelta, ahora que todavía se dejan.