jueves, 7 de marzo de 2013

Naia dos años después










Hace dos años a esta hora exactamente estaba Naia llegando al mundo, estrenando sus pulmones, el tacto, el frío, cosas desconocidas para ella hasta entonces. También para mí. 
Jamás hubiese imaginado que aquel nombre elegido cuando era tan sólo un sueño, una posibilidad en el infinito, iba a llenar de plenitud mi existencia del modo en que lo hace.
Naia es la alegría, la bondad, la ternura, el mayor cúmulo de cosas buenas y bonitas que jamás encontré en mi vida. Con ella es todo fácil y distinto y es capaz de convertir hasta lo más feo en algo increíblemente hermoso si es ella quien lo representa.
Ha cambiado mi vida. Gracias a ella tiene más sentido y soy más feliz, sobre todo eso, porque nadie me ha querido como ella ni yo he sabido cuanto da de sí el amor hasta que la tuve en brazos.
Hace dos años ocurrió un milagro, se llama Naia y es, definitivamente, el amor de mi vida.