miércoles, 29 de diciembre de 2021

Diciembre



















 

Despido este 2021 tan intenso y transformador con la intención de que sea el preámbulo de un año lleno de retos y sueños cumplidos, de crecimiento y aprendizaje, de ir un poco más allá con determinación, honestidad y valentía, de asomarme a la plenitud y acariciarla.

Despido el 2021 infectada de Covid-19 después de haberlo esquivado durante casi dos años así que no habrá grandes celebraciones con amigos como estaba previsto. La vida, una vez más, entra en suspenso y estaremos sólo nosotros para dar la bienvenida al nuevo año al que espero llena de planes y entusiasmo.

Agradezco al 2021 todo lo que me ha traído y enseñado. Cada experiencia ha sido un tesoro que custodiarán la memoria, las fotos y las palabras.

martes, 28 de diciembre de 2021

El octavo cumple de Elsa

 


















Llevaba meses planeando su cumple, los regalos, qué, dónde y cuándo abrirlos, qué comeríamos, qué ropa llevaría y como organizar cada segundo del día. Con esa mezcla de ingenuidad y picardía tan suya, con su ternura infinita y su temperamento de fierecilla domada, puro coraje. 

Así amaneció mi niña entre amor, regalos y globos. Abrazo tras abrazo se fue desprendiendo de mí para desayunar un sándwich de Nutella y desentrañar las sorpresas del día. Luego al cole con sus paquetitos de chuches para los compañeros.

A las 3 la recogí y fue todo un acontecimiento porque los miércoles siempre trabajo de 7am a 10pm y nunca puedo estar con ellos así que doble alegría para las dos. Me fue contando de vuelta a casa el baño de cariño e importancia que le habían dado a lo largo del día. La escuchaba fascinada en esa mezcla de spanglish que tanto le cuesta vencer en favor del castellano y le apretaba la manita mientras caminábamos. Eso lo hacemos mucho, les aprieto la mano para decirles estoy aquí, te escucho, te siento, te quiero. Y ellos corresponden con la misma intensidad. Exactamente igual que mi abuelo hacía conmigo. Es otra manera de tenerle siempre presente.

Luego la deliciosa tarta de chocolate con su velita, más fotos y al salón de videojuegos antes de cenar en el Buffet libre de su elección.

Un día precioso para este tesoro que es su vida. Y la nuestra.

Noviembre

 











A principios de noviembre celebramos nuestro 18 aniversario. Nuestra vida en común cumplió la mayoría de edad rodeado de amigos en Londres. Un día precioso, distinto, especial. Resonando aún en mi memoria aquellos primeros días juntos, donde todo eran dudas y certezas a partes iguales, pero tan fácil todo, tan honesto, tan irrevocable... Y aquí estamos ahora, viviendo una segunda juventud, saliendo de nuevo, buscando nuevos proyectos y aventuras que nos apasionen y nos unan pero entendiendo nuestras diferencias y respetándolas. 
Nada es perfecto y hoy más que nunca soy consciente de que nunca lo será. Y no pasa nada porque lo que tenemos, lo que hemos construido, también tiene espacio para que lo feo, lo incómodo, se transforme y nos haga más fuertes. Hoy doy las gracias por cada cosa que me hace aprender.

El día 20 celebramos el cumpleaños de David, de nuevo con nuestros amigos, que se han convertido en parte fundamental de nuestra vida en Inglaterra y nos llenan siempre de alegría, cariño y momentos inolvidables. No dejo de asombrarme de la suerte que he tenido siempre con mis amigos, personas que llegan a mi vida y nunca más se van, sin importar el tiempo o la distancia. Desde que tengo 3 años y Nuria y yo nos convertimos en amigas del alma, hasta hoy, conservo en mi vida a casi toda la gente que ha sido importante para mí. Eso sí que es ser afortunado, dejar en los otros la huella lo suficientemente honda como para que, entre todos los vaivenes de una vida a contrarreloj, hagan sitio para ti.

Gracias, Noviembre, por hacerme tan feliz.

España II

 


































La segunda dosis de España fue casi mejor incluso. Esta vez los niños vinieron conmigo y, aunque David se quedó en Cambridge y le echamos de menos, fue maravilloso. Pasamos unos días en casa de mi hermana y cuchipandeamos de lo lindo. Luego bajamos a Córdoba con mi padre donde estuvimos 5 días y después volvimos a Madrid con mi hermana para la despedida y cierre.

Volver a Córdoba después de tantos años fue realmente emocionante. Llevar a los niños de la mano por sus calles y compartir con ellos los recuerdos, los lugares, las historias. Llegar a la puerta de la Fundación Antonio Gala, donde empezó todo, y descubrir que estaba abierta. Pasar, ver a Antonio, visitar de nuevo la fuente y el naranjo, el estudio de música, reencontrarme con mi yo de hace 18 años y que la voz de mis hijos se adhiera para siempre a esas paredes, que las acoja ese cielo limpio, habitando el mismo espacio que sus padres, sus abuelos, su bisabuelo. Todos en comunión, unidos en el lugar donde mi vida se transformó para siempre.

Volver a Córdoba a ver a mi padre, a abrazarlo en la península mullida que habita, una cama asida al pavo real que pintó para mi madre. Y de ahí al vergel que custodia la pequeña casa. Esa es su vida ahora: la vegetación, el loro blasfemo que dejó de ser Ramiro para ser Góngora al pasar Despeñaperros, los 28 °C  de finales de octubre, mi tíos y primos cuidándole y disfrutándole, sus amigos de la infancia... 

En este viaje he decidido volver, siempre que pueda, y disfrutar de esta familia maravillosa, toda junta, que me hace tan feliz. Ojalá las circunstancias lo permitan.