martes, 31 de enero de 2023

Estrenando el año









Comenzamos el año llenos de energía, con ganas de hacer cosas nuevas, de cuidarnos más y mejor y de empezar nuevos proyectos.

David está volcado en el trabajo y tiene por delante unos meses muy intensos, exigentes y complicados, pero me gusta verle brillar y está intentado llegar a todo. Se agradece aunque a veces no de más de sí. 

Los niños crecen, crecen y crecen. Se van alejando poquito a poco de mí y acercándose más a ellos mismos. Gael, desde su cueva, se asoma al mundo en breves episodios de realidad y vuelve corriendo a su refugio, sus pantallas, su distancia. Habla poco, se queja mucho pero siempre asoma su nobleza, su locuacidad, su pragmatismo y su enorme inteligencia. Todo le cuesta poco y por eso no se esfuerza demasiado. Ojalá descubra pronto su enorme potencial y comience dar los pasos que le lleven a sus sueños.

Naia observa, absorbe y retiene todo en su memoria. A veces arroja palabras sin sentido para romper el silencio. Otras lo crea después de alguna frase de niña sabia. Ríe a carcajadas, juega, es siempre amable. También es vaga y tímida, pero romperá el cascarón un día y no habrá nada que la frene. Tiene estrella.

Elsa es un torbellino de energía, talento y carácter. Es tierna, valiente, trabajadora. Es amable, cariñosa y testaruda. Sonríe siempre, alegre, dulce y es muy considerada. Tenemos canciones especiales, paseamos agarradas de la manita, nos abrazamos y besamos cada día y nos damos las gracias. Mi pequeño pajarito tiene en mamá su nido.

Yo he pasado unas buenas semanas, centrada, recalculando mi ruta vital, acercándome cada día más al siguiente puerto, comenzando a soltar amarras y definiendo, poco a poco, dónde y cómo llegar.