domingo, 31 de enero de 2021

Enero



































Como cada año me propongo dar vida a este blog así que, a 31 de enero, y venciendo la pereza de un domingo en el que por primera vez he hecho un Sunday roast que hemos devorado a unas muy inglesas 6:30 de la tarde, estoy decidida a que este 2021 acabe con al menos 12 posts. 

Ahora ya son ellos quienes acuden a las fotos para recordarse y preguntarme acerca de ellas. Especialmente, de nuestra vida en España, que parece ya lejana y va desapareciendo de su memoria. Gael aún tiene una memoria vívida de nuestra vida entonces. Naia mezcla fantasía y realidad pero aún recuerda algunas cosas con sorprendente exactitud. Elsa es quien no encuentra recuerdos de lo que un día fue su vida. Apenas tenía dos años y medio cuando vinimos a vivir a Inglaterra y el coronavirus ha hecho que desde 2019 no puedan volver al país que les vio nacer. 

Esta semana fuimos a recoger las gafas de Naia y Elsa y ahora somos oficialmente una familia de gafotas. Cinco de cinco. Caprichos de la genética. Ellas están felices y guapas a rabiar pero sobre todo imagino lo que cambiará su vida ahora que pueden ver bien. Yo recuerdo el día que por fin dejé de lado la cabezonería y comencé a usar las gafas para todo. Qué bien se ve cuando se ve bien. Luego descubrí las lentillas y eso ya fue la guinda del pastel.

Durante estos meses de encierro nuestra principal actividad es dar paseos por el campo.Gracias al destino que nos trajo a este paraíso fértil, verde y abundante. No hay un solo día que no piense en lo afortunados que somos. Ni siquiera en medio de una pandemia mundial, en un momento en el que todo parecen malas noticias, miedo y desconcierto, dejo de dar gracias por la vida que tengo, por la familia que tengo y por esta libertad de ser y decidir sin lastres.

Enero nos ha tratado bien. Cruzo los dedos para que sea la antesala de un año próspero y amable. Que nos guarde la salud y los sueños.