sábado, 10 de diciembre de 2011

Papá, Gael y Nana














Gael tiene los pies exactamente igual que yo, dudoso honor concedido por la caprichosa genética.
De su padre la heredada pasión desmedida por  Nana, nuestra cachorra, tanto mejor cuanto más bóxer.
Nana tiene inmunidad para subirse a camas, sillones o cubos de basura. Es una consentida que con su pachorra y morro chato aunque cara dura, acaba consiguiendo todo lo que quiere, porque aunque voy yo a poner orden, al final todo el mundo hace oídos sordos.
Nana llegó a nuestras vidas con tan sólo ocho semanas y ahora que tiene casi ocho meses me doy cuenta de que esa cachorrota achuchable pronto será una jovenzuela llena de energía y amor. Igual que Gael. Pasarán los años y serán compañeros de viaje de tantas aventuras que me emociona pensar que quedarán para siempre grabados en la vida del otro. Nana siempre será su perra, como lo fue Buster para David, y aunque vengan otros después, él siempre querrá un bóxer para sus hijos porque con él le estará queriendo entregar parte de su infancia, y de paso, recuperarla para si.
Nana es su sofá, a veces casi saco de boxeo y a veces almohada. Le estira la lengua y le toca los pelillos de la oreja cuando duerme, la persigue, la agobia... y de pronto quedan la una al lado del otro, acariciándose, queriéndose, siendo amigos.
Creo que todos los niños deberían tener un perro y que muchos adultos deberían aprender de la manera de quererse niños y perros. En realidad muchos adultos deberían aprender de la manera de querer de los perros.
Ellos nunca fallan y yo intentaré que Gael aprenda a respetarlos siempre, a amarlos, a cuidarlos y a darles la oportunidad que tantos les niegan.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Hola











Lleva ya más de una semana padeciendo los estragos de un gran catarro en el que ni siquiera las toses, los estornudos y los mocos logran acabar con su interminable simpatía. Estornuda y se ríe, tose y se ríe, cae de sus preciosas fositas nasales una verde catarata y se ríe. Naia ríe y hace reír por todo. Ha venido a este mundo para hacerlo mejor, para hacer feliz a quien la conoce. Hasta tal punto llega ese darse a los demás que su primera palabra ha sido Hola. Te regala la palabra moviendo su manita con una sonrisa indescriptible, plena, absoluta. Y llega en forma del regalo más valioso; después de ella, qué más se le puede pedir a la vida. También dice Papá ya casi con precisión y se ha abierto paso en su encía superior el incisivo izquierdo, precioso, perfecto, y anda buscándoselo todo el día con sus otras dos "ferocidades".
Esta será su primera navidad y estoy deseando poner el árbol y ver qué hace con las luces, con los regalos, con los sueños...
Creo que esta será mi navidad más feliz y que a partir de ahora nada podrá hacer que me sienta más afortunada porque tengo todo lo que quiero y desde luego mucho más de lo que esperaba de esta vida.
Ojalá ella tenga esta misma suerte y algún día pueda entender estas palabras en toda su dimensión. Sólo ese día podrá superar esta felicidad que me colma desde que ella nació.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Gael tres días después















Llevo unos días de locura y no me ha dado tiempo a nada. No he hecho la compra en toda la semana, ni la casa, ni he visto apenas a los niños, a David ni a mis perros. Y hoy es día trece y me siento un poco culpable porque tengo la sensación de estar dejándole de lado. A veces reclama mi atención y yo no puedo atenderle como a él le gustaría y se enfada, se frustra, se pone triste. Y yo también. A veces pierdo los nervios y no soy capaz de darle el tiempo que él necesita y entonces cierra más su cascarón y cuesta volver a sacarle. A veces creo que cree que le quiero menos que a su hermana y entonces pega a la hermana, a los perros, a sus juguetes y yo me enfado y le regaño y él se pone aún más triste y le digo que le quiero  y que si quiere que le haga caso que me lo diga y me dice "mamá que me hagas mimitos" y le abrazo y le beso y todo parece arreglarse, pero sólo hasta el día siguiente y todo vuelve a empezar.
Hoy está malito, lleva desde anoche con fiebre y entonces vuelve a ser el bebé que era, que sólo quiere estar conmigo y que le cuide y yo me derrito y le mimo, le canto, le acaricio... y parece que se disipan todas las dudas, que soy sólo para él y es el niño más feliz del mundo. Espero ser capaz de seguir haciéndole sentir seguro y querido cuando se sienta vulnerable, espero que sepa que yo siempre estaré ahí para él, dispuesta a quererle, protegerle y cuidarle pase lo que pase.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Gracias a la vida















Naia ha estrenado sus ocho meses soplando con una gracia que ya la quisiera Rubens para sí. Y ha visto el mar por primera vez. Cada día que pasa es aún más maravillosa, más amable y simpática y lo hace todo tan fácil y hermoso que parece que ha venido a nuestras vidas para compensar cualquier mal pasado, presente o futuro. Yo desde luego doy mi vida por cumplida porque cada vez que la miro, que me abraza, cada aliento suyo me hace tan feliz y me hace sentir tan necesaria que me cuesta imaginar cómo hubiese sido mi vida sin ella.
Los éxitos del momento son los "Cinco lobitos" y "Palmas, palmitas" y de no ser porque tengo la inmensa suerte de tenerla cada día a mi lado, daría lo que fuera por verla mover sus manitas, buscándose ambas mientras sonríe de ese modo que parece que es imposible estar más feliz.
De verdad doy gracias a la vida porque por más que hubiese pensado, imaginado, especulado o buscado la perfección, no habría conseguido hacerle justicia a esta niña que es el ser más increíble con el que he tenido la suerte de pasar mis días.
Gael fue la magia y Naia la bondad. Ambos mi paraíso, mi mundo, mi vida.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Casi no lo creo










Tiene tres años y medio, me he tenido que repetir un par de veces para creérmelo yo misma, dios mío, que eso son ya casi cuatro, como el que dice, mi niño.
Mi niño que ya va al cole y se lava los dientes solo, que dice que tiene una novia que se llama Ainhoba en gaélico, a la que quería regalar un chamariz y que le gusta porque "Es que es sueperpreciosa mamá" y porque "huele a fresas". Ainhoa, lo siento Ana, que son cosas de la edad, que le hace debatirse entre ella y su Santi del alma.
Y la seño Isabel, quedarse dormido en el plato de garbanzos en el comedor porque no puede con su alma, querer a su hermana a morir pero pellizcarla como el que no quiere la cosa a ver qué pasa.
Su timidez y su ternura, que se mantienen casi intactas y una imaginación desbordante que parece crecer cada día y que impide que pierda su halo mágico.
Son tres años y medio y yo le sigo viendo como un bebé, como el día que llegó a nuestras vidas para completarnos.