lunes, 7 de noviembre de 2011

Gracias a la vida















Naia ha estrenado sus ocho meses soplando con una gracia que ya la quisiera Rubens para sí. Y ha visto el mar por primera vez. Cada día que pasa es aún más maravillosa, más amable y simpática y lo hace todo tan fácil y hermoso que parece que ha venido a nuestras vidas para compensar cualquier mal pasado, presente o futuro. Yo desde luego doy mi vida por cumplida porque cada vez que la miro, que me abraza, cada aliento suyo me hace tan feliz y me hace sentir tan necesaria que me cuesta imaginar cómo hubiese sido mi vida sin ella.
Los éxitos del momento son los "Cinco lobitos" y "Palmas, palmitas" y de no ser porque tengo la inmensa suerte de tenerla cada día a mi lado, daría lo que fuera por verla mover sus manitas, buscándose ambas mientras sonríe de ese modo que parece que es imposible estar más feliz.
De verdad doy gracias a la vida porque por más que hubiese pensado, imaginado, especulado o buscado la perfección, no habría conseguido hacerle justicia a esta niña que es el ser más increíble con el que he tenido la suerte de pasar mis días.
Gael fue la magia y Naia la bondad. Ambos mi paraíso, mi mundo, mi vida.

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