martes, 10 de enero de 2012

Camino de los cuatro













Tiene pensado conducir un coche, tocar el techo con las manos y tener muchiiiiiisimos zapatos nuevos y brillantes. Pero eso cuando cumpla cuatro años. Hay días que lo piensa mejor y lo pospone hasta los cinco. Mientras tanto sigue con sus enfados, sus pataletas, sus asombrosos razonamientos y deslumbrante inteligencia, que a veces de verdad, asusta. Continúa emocionándome con su ternura, cuando me pide mimos y abrazos y cuando me dice que me quiere mucho en cualquier situación. Saben a gloria sus palabras y el tacto de sus manitas cuando me acaricia. Es sencillamente increíble y aunque a veces me saca de quicio porque no parece contentarse con nada y parece que todo con él acaba siendo un drama, el Gael mágico que gateaba moviendo su culete y su cabecita y hacía todo más hermoso con sólo mirarlo desde sus ojazos verdes, aparece y compensa todo lo demás. Todo es dulzura y merece la pena toda la paciencia que ha quedado en el camino. Olvidas los Nunca te voy a querer, los pellizcos a Nana y a su hermana, la estatua desafiante en que se convirtió en la actuación de Navidad mientras los otros bailaban, olvidas al niño que en el fondo no es para ver al auténtico Gael noble y bondadoso, al niño de mis ojos, mi pequeño bebé a punto de cumplir cuatro años.

domingo, 8 de enero de 2012

Su primeras navidades














Está a mi lado, con un elefante morado entre las manos que explora con entusiasmo. Esta noche apenas nos dejó dormir, no quería quedarse en la cuna ni hacer nada que no fuese quedarse pegada al pecho de mamá. No hay noticias de dientes nuevos ni de enfermedad, parece que por fin después de un mes estamos todos sanos. Ahora me cuenta cosas babá, uae, holaaa, mamá, tatata, mientras aprieta las patas del paquidermo, del que salen mil sonidos.
Han sido días extraños para ella, la gente, las luces, los regalos, el tenernos en exclusiva... Y ya ha pasado todo, tiene diez meses y yo sigo deseando que el tiempo se pare para no perderme ni un solo segundo de su alegría. Es una niña tan buena, tan simpática y luminosa que te hace caer en su embrujo con solo mirarte y sonreír. Es la máxima expresión de la bondad y la felicidad y ni siquiera las noches en vela hacen sombra a las infinitas cosas buenas que nos trajo Naia. Hoy dejo el resumen, un día más tarde, de su último mes, las primeras luces, su primera fiesta en la guarde disfrazada de mamá Noel, los primeros reyes y el primer sol de enero. Para mi, el regalo sin duda, ha sido ella.