miércoles, 16 de agosto de 2017

Un año más













































Está Cambridge tan dentro ya de nosotros que al final hemos decidido alargar esta aventura un poco más. Un año más, en principio, pero quién sabe.
Cuando llegamos aquí hace un año y unos días quise beberme de un trago el clima, los colores, los sabores, cada experiencia del camino. Quise que cada imagen quedase fija en la retina, en la piel cada sensación, cada pisada.

Hemos pasado meses tomando la decisión, intentando que la balanza se inclinara definitivamente pero ha sido difícil dar el salto. Al final pesó tanto la magia de esta ciudad, el futuro de nuestros hijos y nuestro presente que lo tuvimos claro. Paso a paso. Viviendo el sueño.

Por mayo comenzó Gael a soltarse en el idioma y es increíble cómo desde entonces ha seguido mejorando y ya es una realidad. Naia incluso lo intercambia con el español. Aún patina en la gramática pero el acento es increíble. Para Navidad ya no habrá diferencia entre ella y cualquier niño inglés. Elsa la pobre lo intenta, algo entiende pero sus tres horitas diarias de Nursery desde enero no han dado para más. Aunque al tiempo, que en el momento que se suelte cogerá a sus hermanos.

Ahora en medio de las vacaciones de verano, en este impás estival entre el descanso merecido y la ilusión de comenzar de nuevo, hago memoria de lo que fue la primavera, de lo duro que se hizo vivir en la incertidumbre. Ahora todo parece en calma y cuando echo la vista atrás, miro las fotos, revivo los meses de atrás a través de ellas y lo que encuentro es felicidad, descubrimiento, aprendizaje.

Vivo en una isla dentro de una isla, en un paraíso siempre verde, me encuentro cómoda en mi piel, feliz en mi realidad, agradecida con el destino. Soy muy afortunada y espero seguir aprovechando al máximo esta oportunidad que me brinda la vida, este volver a empezar desde la nada.