No me da pena despedir este año. No ha sido el mejor de mi vida pero he aprendido mucho.
Lo dejo atrás con sabor agridulce, con algunas dudas y bastantes respuestas. Lo dejo agradecida, lo dejo con ellos de la mano y sanos. Qué más se puede pedir.
Para el año nuevo tengo las metas claras y el camino despejado, tengo ganas de hacer cosas nuevas, de retomar algunas antiguas y de cuidarme y cuidarles más y mejor. Tengo ganas, muchas, de vivir, de comenzar a escribir de nuevo, de leer, de continuar mejorando en mi trabajo y de disfrutar de la gente maravillosa que me rodea.
Gracias 2022 por tantos momentos maravillosos y por dejar que los malos me enseñen a apreciar aún más los buenos.
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