Llevo unos días de locura y no me ha dado tiempo a nada. No he hecho la compra en toda la semana, ni la casa, ni he visto apenas a los niños, a David ni a mis perros. Y hoy es día trece y me siento un poco culpable porque tengo la sensación de estar dejándole de lado. A veces reclama mi atención y yo no puedo atenderle como a él le gustaría y se enfada, se frustra, se pone triste. Y yo también. A veces pierdo los nervios y no soy capaz de darle el tiempo que él necesita y entonces cierra más su cascarón y cuesta volver a sacarle. A veces creo que cree que le quiero menos que a su hermana y entonces pega a la hermana, a los perros, a sus juguetes y yo me enfado y le regaño y él se pone aún más triste y le digo que le quiero y que si quiere que le haga caso que me lo diga y me dice "mamá que me hagas mimitos" y le abrazo y le beso y todo parece arreglarse, pero sólo hasta el día siguiente y todo vuelve a empezar.
Hoy está malito, lleva desde anoche con fiebre y entonces vuelve a ser el bebé que era, que sólo quiere estar conmigo y que le cuide y yo me derrito y le mimo, le canto, le acaricio... y parece que se disipan todas las dudas, que soy sólo para él y es el niño más feliz del mundo. Espero ser capaz de seguir haciéndole sentir seguro y querido cuando se sienta vulnerable, espero que sepa que yo siempre estaré ahí para él, dispuesta a quererle, protegerle y cuidarle pase lo que pase.