Mi niño que ya va al cole y se lava los dientes solo, que dice que tiene una novia que se llama Ainhoba en gaélico, a la que quería regalar un chamariz y que le gusta porque "Es que es sueperpreciosa mamá" y porque "huele a fresas". Ainhoa, lo siento Ana, que son cosas de la edad, que le hace debatirse entre ella y su Santi del alma.
Y la seño Isabel, quedarse dormido en el plato de garbanzos en el comedor porque no puede con su alma, querer a su hermana a morir pero pellizcarla como el que no quiere la cosa a ver qué pasa.
Su timidez y su ternura, que se mantienen casi intactas y una imaginación desbordante que parece crecer cada día y que impide que pierda su halo mágico.
Son tres años y medio y yo le sigo viendo como un bebé, como el día que llegó a nuestras vidas para completarnos.